Leernos
Escuché a muchas personas decir que los libros suponen viajes a otros universos, a experimentar vidas muy distantes a las suyas.
Desde ya suscribo a esas verdades, sin embargo me gustaría agregar que el encuentro con un libro es una invitación a revisar vivencias internas, a sorprendernos con párrafos que describen nuestros sentires mucho mejor de lo que podríamos hacerlo nosotres, a conectar e identificarnos con los personajes.
Es por eso que desde hace unos años tomé prestada de una amiga querida la idea de marcar las frases que me gustaban de un libro.
Al finalizar la lectura tomo mi libreta y traspaso las frases a mano.
Cada tanto me gusta volver a esas anotaciones para releerlas, son como una mapa por donde andaba mi cabeza por esos tiempos, qué cosas me importaban y me siguen importando. Es un scanner de mi interior hecho de palabras.
También tengo que reconocer que este ejercicio me ayuda con mi mala memoria, pase años leyendo sin recordar los nombres de les autores y los títulos. Recordaba lateralmente, este libro lo saqué de la biblioteca del barrio, lo leí en la playa o me lo recomendó tal.
Casualmente, o no tanto, el hábito de la libretita comenzó en un año en donde estaba llena de dudas respecto de quién era, qué significaba para mí la profesión a la que me dedico, preguntas sobre el trabajo, el tiempo libre.
Digamos que fue un proceso largo e intenso de buceo interno, donde las preguntas sin respuesta estaban a la orden del dia, como dice el cantautor uruguayo Jorge Drexler en su preciosísima canción Hermana duda.
¨ Pasarán los años, cambiarán las modas, vendrán otras guerras, perderán los mismos y ojalá que tú, sigas teniéndome a tiro, pero esta noche hermana duda, dame un respiro¨
Los libros fueron mi respiro, bálsamo a mis dolores y muchas veces brújula.
Fueron un espacio de autoconocimiento y lejos de aislarme me abrieron puertas a un entendimiento mayor de mis vivencias.
También me abrieron puertas a otres, descubrí el placer de leer reseñas, asistir a presentaciones de libros y escuchar lo que tenían para decir sus autores.
También comencé a asistir ,tímidamente, a muchos círculos de lectura, para luego dar el salto de organizarlos.
Hoy en día, que me siento ‘’experta’’ en esto de compartir lecturas, me animo a afirmar que leer con otres es ampliar la libreta, es escuchar las resonancias ajenas, asimilarlas.
Es recrear los textos en el calor de lo colectivo y dejarse sorprender por las nuevas miradas.
Te espero en el círculo de lectura Palabras Absurdas de Febrero para compartir libros, miradas y vivencias.