Dormir es Vivir

En la bonita Playa de la Malvarrosa de mi Valencia natal, hay un histórico pub llamado “Vivir sin Dormir”. Siempre pensé que era un nombre precioso, pero hoy en día, lo cambiaría, sin ninguna duda, por “Dormir es Vivir”.

Siempre pensé que el sueño era una pérdida de tiempo. Me decía constantemente a mi misma que podría hacer tantas y tantas cosas en las ocho horas que pasaba inconsciente. Tanto me lo dije que acabé convenciendo a mi cerebro y finalmente me convertí en insomne.

Durante años, conviví con serias dificultades para dormir. Lo acepté como algo que llevaba de serie, que era innato a mi persona, e incluso llegué a sentirme orgullosa de necesitar pocas horas de sueño para funcionar en mi día a día. 

De lo que no era consciente en ese momento, es que la falta de sueño provocaba innumerables consecuencias negativas en mi organismo y en mi estado de ánimo. 

Siempre estaba cansada, tenía problemas de concentración, despistes y verdaderos ataques de mal humor. Normal, apenas dormía…

Me vi envuelta en una espiral sin fin que me llevó hasta la bendita crisis de los 40, que desencadenó una profunda REORGANIZACIÓN de mi vida, tal como indica su propia etimología.

Empecé a interesarme por el Mindfulness hace poco más de un año. Mi primera experiencia fue el curso de Mindfulness para la Reducción del Estrés, que realicé con mi querida Francisca, a la que siempre estaré agradecida.

Gracias al mindfulness, desconecté el piloto automático, tomé los mandos de mi existencia y comencé a vivir el presente conscientemente. 

Fue entonces, cuando me di cuenta de que la falta de sueño era el factor clave del malestar que sufría.

Comencé a devorar toda la información que encontraba sobre el sueño y a poner en práctica los consejos de los expertos y la ciencia. Cuanta más información tenía, más importancia le daba a trabajar para lograr un sueño sano.

El mindfulness no solo ha sido el motor para ayudarme con mis problemas de sueño, también me ha servido para conseguir una mejor gestión del estrés, progresar en la comunicación con los demás, desarrollar la empatía y, ¡sobre todo!, cultivar la compasión conmigo misma.

Los Top 5 que han obrado el milagro:

  •  Adiós a la cafeína 9 horas antes de dormir.

  •  Crear un ambiente relajante, con luces tenues, una hora antes de acostarme (¡Apagar, sí, apagar el teléfono móvil!).

  •  Dormir en una habitación fresca.

  •  REGULARIDAD. Despertarse y acostarse más o menos a la misma hora todos los días de la semana.

  •  Dedicarme momentos de quietud y silencio durante el día (¡Meditar!)

A través del Mindfulness podemos generar una actitud de aceptación hacia el sueño, reconociendo que es una necesidad vital y no una simple molestia o pérdida de tiempo con la que estamos obligados a convivir.

Cuidando nuestro sueño y practicando la atención plena, mejoramos nuestra salud, nuestra felicidad y, en general, nuestra calidad de vida.

Te espero en el curso DORMIR ES VIVIR o contacta conmigo si quieres saber más.

Sofía Pla Cortés

Me llamo Sofía y volví a Berlín en Marzo de 2020. Nací en Valencia, la hermosa ciudad de la paella, y siempre he tenido una fuerte curiosidad por descubrir el mundo.

Estudié turismo y tuve la suerte de vivir en Francia, Inglaterra, Alemania e Italia. Tras 17 años trabajando en una gran multinacional, he decidido seguir mis sueños y estudiar Psicología.

Actualmente hago un Master en Mindfulness e Investigación para la Salud. El mindfulness ha jugado un papel crucial en mi vida, ayudándome a ser consciente de la importancia del sueño y a superar un problema de insomnio que sufría desde hace décadas.

Me siento cada día agradecida, por disfrutar del placer de dormir.

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